Arquitecto del edificio Passivhaus más alto del mundo aterriza en Chile: “La construcción sostenible será un imperativo”

Publicado en País Circular

Germán Velázquez, uno de los máximos referentes mundiales en este estándar de construcción de consumo energético casi nulo, expondrá en el marco del seminario “Estrategia Passivhaus contra la pobreza energética”. El experto español compartirá en Santiago su experiencia como pionero, junto a su estudio VArquitectos, de los proyectos construidos bajo esta norma de máxima eficiencia energética en España. El más emblemático es la Torre Bolueta de Bilbao, un rascacielos de 361 viviendas sociales. “Passivhaus tiene un enfoque social radical”, asegura Velázquez, quien ve en la COP25 una oportunidad para posicionar el “construir mejor” y aspirar a un planeta más limpio.

El 9 de marzo de 2018, la Torre Bolueta de Bilbao desplazó oficialmente a The House at Cornell Tech de Nueva York como el edificio residencial Passivhaus (PH) más alto del mundo. Con sus 20 pisos y 88 metros de altura, la obra considera 361 viviendas bajo este estándar de máxima eficiencia energética originado en Alemania. Pero no son departamentos en los que prime la opulencia: son viviendas sociales, a precios muy convenientes y dirigidas hacia personas con escasos recursos.

“El primer bloque tiene 171 viviendas y están funcionando. De esas, 108 son sociales en venta a precios muy económicos, entre un tercio y la mitad de un precio real. Y hay 63 que son sociales en alquiler, para personas con renta reducida o problemas de reinserción social. Es algo muy habitual en el norte de España: en Navarra hay 1.000 viviendas que se están construyendo bajo estándar PH y todas son sociales en alquiler”, explica Germán Velázquez, socio de VArquitectos, el estudio  a cargo de ese rascacielos y de otros numerosos proyectos Passivhaus en España.

Velázquez, precisamente, se encuentra preparando las maletas para visitar Chile: el próximo jueves 8 de agosto, el arquitecto español participará como expositor en el seminario “Estrategia Passivhaus contra la pobreza energética”, organizado por el Instituto Passivhaus Chile, la primera filial latinoamericana de la matriz radicada en la ciudad alemana de Darmstadt.

Para la institución chilena, la presencia de este referente mundial de PH es muy importante porque “su trabajo se ha vinculado con el desarrollo de viviendas de protección social bajo este estándar. Su visión y experiencia es clave para el momento en que está Chile, donde recién se está construyendo el primer edificio habitacional PH (llamado Eloísa y realizado por la inmobilaria Urbes en Ñuñoa) y donde han surgido demandas cada vez más fuertes de generar mejores estándares en nuestras normativas de construcción”.

Concretamente, el estándar Passivhaus cuenta con cinco principios que le brindan su carácter de consumo energético casi nulo y máximo confort: envolvente térmica de alto desempeño, hermeticidad, libre de puentes térmicos, ventanas reforzadas y sistema de ventilación con recuperación de calor.

El Instituto Passivhaus de Chile prevé que la tendencia a construir bajo esta norma será “creciente”, ya que “en los países desarrollados los clientes aplican la misma lógica para comprar un auto que para adquirir una vivienda”. En otras palabras, agregan, “a cualquier persona le interesa saber cuántos km/litros rinde un auto antes de comprarlo; lo miso se trasladó a casas y departamentos, sobre todo porque es la inversión más importante en la vida de una persona”. También recuerdan que, según datos de la ONU, “el consumo energético derivado de la construcción, operación y uso de las viviendas y edificios es responsable del 40% de las emisiones a nivel global”.

Germán Velázquez, en tanto, cree que la experiencia vivida en España, donde las edificaciones PH certificadas son 73 y superan los 82 mil metros cuadrados construidos, es “perfectamente extrapolable a Chile”.

-¿En eso consistirá tu exposición en Chile?

-Claro, la idea es compartir la experiencia de PH que hemos adquirido en España. Hace ocho o nueve años empezamos a trabajar bajo el estándar. Tenemos esa experiencia con bloque de vivienda residencial ejecutado. Se puede replicar en Santiago por el clima, por el tipo de construcción que se hace en Chile. Esto tiene aplicación inmediata, porque Passivhaus básicamente se trata de construir mejor. La manera de construir en el norte de Europa es muy distinta a la del norte de España, y puede ser de mucho interés para los constructores chilenos.

-¿Qué tipo de proyectos imaginas para Chile?

-Decimos que Passivhaus es construir mejor. En resumidas cuentas hablamos de controlar el tipo de aislamiento, eliminar los puentes térmicos, colocar las carpinterías adecuadas -no necesariamente las mejores del mercado, dependerá del tipo de proyecto-, trabajar la hermeticidad y ventilación con recuperación de calor. Es replicable a todos los proyectos edificatorios que hagamos, en Chile o en cualquier lado. Ahora mismo en España, con VArquitectos estamos terminando un centro de salud, tenemos en marcha un polideportivo, certificamos el Palacio de Congresos Europa. Estamos trabajando en un hotel, en departamentos tutelados, un edificio de laboratorios.

-¿Por qué se adaptaría mejor en Santiago? Te lo pregunto porque el principio de hermeticidad hace menos dependientes del clima a las viviendas PH, y se podría construir tanto en Arica como en Punta Arenas…

-Efectivamente, se podría implementar en toda la geografía de Chile, si bien es cierto hay climas donde es más favorable hacerlo. El estándar se empezó a aplicar en el norte de Europa, en un clima riguroso en invierno, y en verano hay temperaturas relativamente suaves. En el norte de España, en cambio, tenemos un clima que no es tan frío en invierno, y en verano es un clima más cálido. La gran ventaja es que es fácil implementar PH. Pero, por ejemplo, en Bilbao bastaría con poner 15 centímetros de aislamiento en fachadas, cuando en el norte de Europa estaríamos hablando de entre 35 y 40 centímetros. Es decir, con recursos muy limitados vamos a conseguir viviendas de consumo casi nulo o pasivo, y tienen unas prestaciones espectaculares. Lógicamente si vamos al extremo norte o al extremo sur de Chile, donde hay otro clima, habrá que invertir un poco más y estudiarlo muy bien para que tenga un funcionamiento óptimo. Pero en Santiago, que tiene un clima relativamente suave y parecido al norte de España, es fácil implementar el estándar PH.

-¿Piensas involucrarte en un proyecto específico en Chile?

-Estamos abiertos a cualquier tipo de colaboración. Primero vamos a trabajar en asesorar a uno de los proyectos que hay en marcha (Eloísa). Es posible que otro proyecto de nueva ejecución lo podamos desarrollar desde un inicio para maximizar el conocimiento. Esto exige una curva de aprendizaje que vale dinero: si tú haces un edificio Passivhaus, el siguiente será un 10 por ciento más barato, y de un 30% a un 50% más rápido.

-¿Conoces el proyecto Eloísa en Santiago?

-Correcto. Estamos al tanto, hemos hablado con la inmobiliaria Urbes. Es un ejemplo interesante. Desde luego hace falta lanzar un primer gran proyecto de un edificio residencial que sirva para quitar el miedo al Passivhaus. En España, hace cuatro o cinco años, estábamos en la misma situación que Chile. ¿Qué hizo falta? Uno o dos proyectos residenciales grandes. Tuvimos un proyecto de 30 viviendas, para continuar con 170 y después, 190. Es decir, ya estamos con 400 viviendas terminadas. Eso nos permite cierta solvencia y decir que todo lo proyectado funciona como es debido.

-¿Te parece que Chile podría ser el punto de partida para masificar el estándar en Latinoamérica, ya que acá nació la primera filial de PH del continente?

-Todo apunta a que así será. Cuando mucha gente oye el término Passivhaus se pone un poco nerviosa, cuando en realidad -repito- Passivhaus es construir mejor, con principios muy sencillos. Obviamente hay que calcular bien las cosas y exige un involucramiento importante de todos los miembros del equipo. Chile ha liderado el movimiento por la construcción sostenible en Sudamérica, tiene todos los boletos. Tiene el potencial y una serie de promotores y técnicos que quieren aprender, han viajado a Europa viendo ejemplos ejecutados. En España no había nada. ¿Qué hicimos? Viajar donde había ejemplos ya hechos, contactar con gente que tenía experiencia. La dificultad es que eran proyectos muy diferentes a los que nosotros necesitábamos porque el tipo de construcción era radicalmente opuesto: ellos usaban mucha madera, nosotros mucho hormigón. Pero pudimos adaptarlo. En ese sentido, por la propia idiosincrasia del país, por las necesidades, por la mala calidad del aire, por la pobreza energética, aplicar el estándar PH en Chile resolverá muchísimos problemas.

-¿Se abordará justamente la pobreza energética de Chile en el seminario?

-Ese escenario de pobreza energética no es exclusivo de Chile, España ni Alemania: en todo el mundo está pasando. Por mucho que el clima de un país sea benigno, podemos vivir mucho mejor gastando menos energía.

-¿El Passivhaus persigue una vocación social?

-Sí. PH tiene un enfoque social radical. No tiene sentido hacer una vivienda con un gasto energético elevado cuando muchas veces el inquilino no puede pagar la renta, porque tiene unos ingresos muy justos. En algunos casos se enfoca como algo de lujo. Por ejemplo, estamos trabajando en la rehabilitación de un hotel de cinco estrellas en Madrid, el enfoque ahí es distinto. Porque quien aloje ahí pagará un dinero muy importante por dormir  en un lugar con consumo casi nulo y que no genera huida de carbono. Hay personas concientizadas que estarán más dispuestas a pagar más en menos emisiones de CO2, pero no podemos hacerlo un tema elitista. Es obvio que Passivhaus cuesta un poco más de dinero construir, pero tenemos que diseñar muy bien para que el sobrecosto sea nulo o casi nulo. Estamos consiguiéndolo. En Navarra tenemos 900 casas en procesos de certificación PH; tenemos unos niveles de presupuestos equivalentes a viviendas convencionales sin el estándar.

-¿La construcción sostenible será un imperativo en el futuro, y no una opción?

-Sin duda. Ahora se llama Passivhaus, pero en unos años más no sé si la gente hablará de Passivhaus o no. Desde luego, será algo que esté totalmente asentado y normalizado. A nadie se le ocurrirá hacer un edificio de vivienda que consuma 80 kilovatios por metro cuadrado al año. No tendrá sentido. Porque si podemos hacer un edificio co una demanda de calefacción de 10 kilovatios, ¿para qué vamos a hacerlo de 80?

-Entiendo que tienen un hospital construido bajo el estándar…

-Sí, es un centro de salud ubicado al sur de Navarra. Tiene dos fases: la primera está terminada y la segunda, a punto de terminar. Se ha hecho una pre-certificación, pero hasta que no se termine no se puede certificar.

-¿Qué importancia reviste contar con un centro de salud bajo norma PH?

-Es radicalmente importante. Necesitamos, por ejemplo, que el interior del centro de salud no tenga condensación, para bien de la gente mayor que allí se encuentra. Es igual de interesante revisar las viviendas obsoletas, que consumen 200 kilovatios y tienen mohos en las paredes.

-¿Qué compromisos debiesen adoptar los estados para estimular la norma?

-Primero que demuestren interés en tomar medidas de este tipo. En Navarra hemos tenido la suerte de que los políticos asumieron que era fundamental implementar la normativa. De hecho, obligatorio certificar Passivhaus las viviendas sociales de Navarra. Han revisado los números y han visto que es muchísimo más barato construir bien que construir mal, y luego tener mucho problema de patología, condensación y, sobre todo, una factura energética posterior muchísimo más elevada.

-¿Navarra va a la vanguardia con respecto al resto de España?

-En Navarra hay muchas edificaciones. Somos una comunidad autónoma muy pequeña, de 500 mil habitantes, pero no es la única zona de España donde hay PH. En País Vasco estamos terminando la segunda torre de Bolueta de 400 viviendas. Hay en Zaragoza, Madrid, Barcelona, Málaga. El norte de España tira más porque sus condiciones climatológicas y económicas lo hacen más adecuado. En VArquitectos  también certificamos una biblioteca, hay un palacio en el sur de España, etcétera.

-¿Te parece que Chile tiene en la COP25 una instancia importante para posicionar el tema de la arquitectura sostenible o de consumo casi nulo?

-Sin duda, es una oportunidad que no hay que dejar escapar. Es una cumbre que tendrá un nivel mediático importante. Los políticos quieren estar involucrados y a nivel técnico hay que darles un empujón y tratar de implementar las medidas constructivas que se están aplicando en Chile para maximizar esa calidad. Llámese Passivhaus o consumo casi nulo, lo que se necesita es dejar un planeta mejor a nuestros hijos, consumiendo menos energía.

-¿Qué situación te dejaría conforme después de tu visita a Chile?

-Me encantaría que, dentro de dos años y echando la vista hacia atrás, nuestra visita hubiese contribuido en una pequeña medida a desarrollar esta mejora constructiva en Chile. Eso sería fantástico. Estamos conscientes de que somos solamente pequeños actores dentro de un panorama en que se ha generado mucho interés en Chile.

– ¿Debiera estar la arquitectura sostenible y, en particular, el Passivhaus en la mesa científica de Ciudad en la COP25?

-No me corresponde a mí decirlo, pero podría ser interesante.