Ya es posible construir casas y edificios eficientes que apenas consumen energía

Publicado el 15/08/2019 en El Mercurio

El desarrollo de este tipo de obras es una alternativa para reducir las emisiones de CO{-2}.

Una de las mayores apuestas desde del urbanismo para hacer frente al cambio climático es la arquitectura sustentable. Su premisa es que los consumos de agua y energía del interior de las construcciones sea mínima, y la calidad ambiental, lo más saludable posible. En el mundo, cada más se apuesta por este tipo de soluciones.

En Australia, por ejemplo, el Melbourne Council House (edificio de la alcaldía de la ciudad) está revestido por madera reciclada y con celdas fotovoltaicas, cuenta con un sistema de autorreciclaje de aguas contaminadas, cinco torres de agua regulan la temperatura del edificio mediante un proceso de evaporación y turbinas de viento lo enfrían durante la noche.

El Bullitt Center, un edificio de oficinas en Seattle, EE.UU., posee un sistema de procesamiento de aguas que no depende de la red local, en su techo hay desplegados grandes paneles solares y cuenta con un sistema de geotermia para temperar el edificio en el invierno.

En Chile también hay una serie de proyectos inmobiliarios que ya están incluyendo estas innovaciones en el diseño y materiales.

Riguroso y exigente

Para el desarrollo de este tipo de construcciones existe una serie de certificaciones internacionales y nacionales. La más empleada en Chile es Leed (Leadership in Energy & Environmental Design), desarrollada por el Consejo de la Construcción Verde de EE.UU. Esta exige un ahorro energético de 12 a 48%, uso de materiales sostenibles (reciclables y rápidamente renovables), uso eficiente del agua, adecuada iluminación y ventilación.

La más severa, desde el punto de vista de consumo energético, es la certificación Passivhaus (casa pasiva en alemán), desarrollada en Alemania por el Passivhaus Institut, el que acaba de abrir una filial en Chile. “Es un estándar riguroso y exigente que combina la sanidad, el confort y el uso eficiente de la energía”, detalló Osvaldo Carvajal, gerente del Instituto Passivhaus Chile, al presentar las características del estándar la semana pasada durante el seminario “Estrategia Passivhaus contra la pobreza energética”.

El concepto clave es que el confort térmico se puede garantizar solo por el calentamiento y refrigeración del flujo de aire fresco, el cual es necesario para mantener una calidad del aire adecuada, sin utilizar ayuda adicional al aire recirculado. El objetivo de fondo es simplificar al máximo la demanda de energía anual para que no supere los 15 kilovatios hora por m{+2}. Esto es cinco veces menor al de una vivienda promedio en Santiago o Concepción.

Destaca que la adopción del estándar en el país permitiría reducir en 80% la demanda energética. La apuesta es que este tipo de tecnología reducirá en forma sustancial la contaminación de las ciudades, mejorando la salud de sus habitantes, ya que la hermeticidad de la construcción —otro eje de las Passivhaus— impide la exposición al polvo o a los insectos.

El desarrollo de construcciones sustentables puede ser una herramienta clave para hacer frente a uno de los mayores dilemas ambientales que enfrenta el país: el consumo de leña en el hogar. Esta es la fuente principal de material particulado residencial, que contribuye al aumento del CO{-2} y además afecta la salud.

Desde 2010, el Ministerio de Medio Ambiente impulsa en regiones una estrategia de sustitución de sistemas de calefacción en los hogares. Hasta ahora, ha logrado reemplazar 45 mil de 200 mil artefactos, sustituyendo también la leña por pellets u otros combustibles. Pero esto es apenas un primer paso frente a una meta más ambiciosa que manejan las autoridades.

“Es clave avanzar en medidas y generar incentivos para que no solo deje de ser la leña el sistema de calefacción, sino se tenga un sistema eficiente que no requiera el uso de calefacción”, señaló la ministra de Medio Ambiente, Carolina Schmidt, al inaugurar el seminario sobre pobreza energética. Es así como ya hay en marcha pilotos de calefacción distrital que, a partir del uso del calor residual geotérmico y bombas de calor, buscan reducir las emisiones contaminantes en 99%.

Publicado el 15/08/2019 en El Mercurio